Y me pinté la cara y no encaré una mierda.
Altas horas del noche, colados al camión mediante. Los pensamientos, las ideas, las esperanzas y las ganas reprimidas me van ganado por goleada. El problema es el ataque rival pero también mis endebles defensas.
Es que a uno lo conquistan ¿no?, que voy a poder hacer. Ya marché hace rato. Pero no me gusta mirar el partido desde el banco. Salgo a reventarme si es necesario.
(...)
lunes, 2 de febrero de 2009
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