martes, 24 de febrero de 2009

Nos cuesta un huevo el respeto que le falta al carnaval

El reglamento del Concurso le pide crítica a las murgas, pero no cualquier crítica, crítica calificada:

“La crítica de actualidad, la sátira, lo irónico y lo poético, así como el ingenio, apostando a la creatividad por encima del mensaje directo, se valorizarán en la medida en que, sin perder calidad, reflejen con claridad su sentido. Serán puntos esenciales en esta categoría, que por naturaleza deberá ser la mayor exponente del cotidiano vivir de los uruguayos. Por tal motivo, sus textos deberán abordar - en alguna medida - nuestra propia realidad, nuestra idiosincrasia, los hechos acaecidos durante el año como reflejo fiel de nuestra identidad inmediata”.

Mas allá de del poco rigor semántico del artículo, queda claro que los redactores quieren que la crítica sea de actualidad y que refleje nuestra realidad e idiosincrasia, y que hable sobre los hechos acaecidos durante el año. Este Art., el año pasado rezaba así:

“La crítica y la sátira, así como el ingenio, apostando a la creatividad por encima del mensaje directo, se valorizarán en la medida en que, sin perder calidad, reflejen con claridad su sentido”.

Las razones del cambio quedan a vuestra consideración. Podríamos entender sin violentar el sentido de la nueva norma, que es mejor para el reglamento criticar las peleas entre Mónica Farro y Claudia Fernández que son de ahora y de acá, que la crisis demográfica que no es de ahora o la caída de las bolsas que no es de acá.

Me parece que me quieren convencer que lo que me gusta no me tiene que gustar. Que lo correcto es lo que les gusta a ellos. Yo les recomendaría probar con una lobotomía colectiva, seguro que es más efectiva que pretender cambiar el gusto con un par de párrafos en el Reglamento del Concurso.


Marcelo Fernandez (www.tre.com.uy)

1 comentario:

eme dijo...

La clave está en no darle pelota al concurso, hacerlo una cosa más. Yo qué sé, no escucho música porque fue premiada en los grafitis, así como tampoco un músico busca ese reconocimiento. En el carnaval, el concurso toma un papel mucho más importante, que se hable de "mejor espectáculo" es lamentable; el tema de los rubros da lástima también; el decir "ganó la catalina, pero me gustaba más la vergamota" debería ser respondido con un "¿y? qué importa, ¿sabés qué? me chupa un huevo".
Ta, yo entiendo, que cansa y desgasta, porque no son sólo las murgas, como queda bien claro con los tres elementos antes expuestos, las que apuntan al concurso y esperan de este una total correspondencia con el buen gusto y la calidad de los espectáculos, sino el público en general, entonces te calienta, cansa y desgasta hablar con alguien de Carnaval y que antes de las tres primeras pavadas ya se hable del concurso, y no para criticarlo (o sí, capaz el criticarlo mucho hace que cobre esa trascendencia, no sé).
Y ni hablar que es lamentable el que haya un premio económico: es darle vida a una cosa sí y a otra no, "vos que hacés esto que te gusta y a mí no, ¿sabés qué? no lo hagas más, o por lo menos pagate los boletos y hace una vaquita pal camión y la escenografía".
Chau.